Un 13 de mayo de 1950, y como si de un
mesías de la música se tratara, surgió un ser que iba a iluminar y marcar el camino de la más popular y universal de las manifestaciones culturales, la música. Él nació carente del sentido de la vista, pero nunca supuso un impedimento para su desarrollo personal y creativo. Han sido décadas de gratificantes y generosas ofrendas en forma de canciones, que en ocasiones se han acomodado a los ritmos y sonidos del momento, y en otras han sido la vanguardia que ha ayudado a edificar los
cimientos sólidos y firmes de la música del presente y del futuro.
Decir que nació predestinado para la música es algo obvio. Apenas tenía 9 años cuando era capaz de tocar la armónica, el piano o la batería. La música la llevaba y sentía dentro, irradiaba al exterior una
luz propia, singular y cegadora que no podía pasar desapercibida.
Así y desde los años 60, cuando la Motown le fichó, Stevie no ha dejado de dejar marcas perennes en la historia de la música. Con apenas 12 años era el primer artista en situar simultáneamente el single y álbum en el número uno de las listas de venta, logrando el
primer álbum número uno para la compañía Motown.
Fue perfeccionando su estilo, bebiendo de fuentes tan dispares como el R&B, el rock, el jazz o el funky, creando
un sonido propio e inimitable, que se vió reflejado en los años 70. Fue el primer cantante en hacerse cargo, por primera vez en la historia, de la grabación de prácticamente todos los instrumentos del disco, ejerciendo el control y las tareas de producción, composición y arreglos. Fue recompensado con un buen puñado de Grammys, siendo además el primer afro-americano en ganar uno en la categoría de mejor álbum. Ha ganado un
Oscar a la mejor canción original, ha sido incluido en el "
Rock 'N Roll Hall of Fame" y en el "
Songwriters Hall of Fame", premios como el
Billboard Century Award, el
Gershwin Prize, el
Grammy Lifetime Achievement Award por toda una vida dedicada a la música o el recibido en Francia,
Commandeur des Arts et des Lettres.